Contrastada por una paleta que parte de los colores candy a los más estridentes, con el rosa como protagonista, esta colección redefine el estilo glamuroso y elegante de la mujer de Miguel Marinero, que le gusta vestir prendas que combinen fragilidad y sobriedad. Esta inmersión en los valores de la cultura urbana, igual que la fusión de tendencias y estilos propia de la década de los 90, ha llevado al diseñador a inaugurar una segunda línea más joven y desenfadada para rendir homenaje a una generación contemporánea en constante evolución.
Los materiales nobles perfilan un delicado patronaje que impregna cada pieza de sutileza y elegancia en el diseño a través de la combinación y riqueza de las texturas. Una acurada reinterpretación de las líneas aportan un sello vanguardista a las materias primas más tradicionales. Fascinantes y ricos contrastes con guiños al punk, representan una reflexión estética por parte del diseñador y un ejercicio de estilo personal.